¡Cruz, Cruz, que se vaya la controversia y que venga la luz!

Por Jaime Estrada.

Hay peleas que ni ganadas son buenas si no hay cloroformo de por medio y el sábado pasado de plano hubo otro ojo morado para la credibilidad de los veredictos en el boxeo.

Joel Casamayor retornó al ring con su cinturón interino ligero CMB colgando en su hombro de sus ayudantes y con sus 34-3-1,  con 21 cloroformos se suponía que impresionaría a su nuevo promotor Oscar de la Hoya, para sacar ventaja de la promoción en su duelo cantado contra David Díaz quien le arrebató el cinturón original sin pelearlo en el ring. En fin al ver la pelea en vivo en el majestuoso MSG ante mas de 17,000 almas pensé que escribir sobre esta pelea seria un desperdicio de tinta, porque nadie de los colegas se tragó el cuento de las mil y una noches en perjuicio de José Armando Santa Cruz  (25-2) porque le negaron su firma en el mapa del reconocimiento por intereses políticos.

No se puede tapar el sol con un dedo y la gente inconforme en la arena no esta ciega, fue un regalo que yo creo ni el se lo esperaba, porque hasta el empate hubiera sido inadecuado.

El cepillo barrió el polvo entrando en calor y no fue un mal golpe de zurda, puesto que logro aminorarlo con los brazos, Casitas supo que estaba en un grave problema y no digo que no ponía su talento en evidencia pero simplemente era opacado por los golpes de Cruz que no rajaba leña dando el toque de queda.

Casamayor hacia más mente en dar abrazos afectuosos que buscar la forma de emparejar la ofensa que tenia encima. Bien dijo José Luis Castillo cuando enfrento al cubano radicado en Miami, ‘ni luce ni deja lucir’ y además salio mas perjudicado en cabezazo accidental, ya lo hemos visto pelear en el pasado y sabe usar la cabeza con inteligencia.

En el séptimo Cruz seguía la brecha sin aminorar matraca mientras que el Cepillo se miraba listo para visitar otra vez el azul de la lona, pero recurrió a su clásico abrazo del oso para pasar a la siguiente ronda.

Cruz ablandaba con mano dura la voluntad de Joel que retrocedía, se columpiaba, trataba de poner dos que tres guantadas y al amarre se ha dicho.

Santa Cruz lo traía asoleado, cerrándole la brecha y hubo un momento que casi lo echa afuera de la tarima brava pero Casamayor sólo se quedo atorado entre las cuerdas. Solo el juez Tony Paolillo vio la pelea con 6 asaltos por cabeza a diferencia que Santa Cruz obtuvo un 10-8 por el nocaut, pero los otros dos jueces le dieron 7 rondas a Casamayor para salir del abismo con palanca de mano pachona.